POSTRES SALADOS

Buñuelos de calabacín y queso, un cambio de la receta dulce por una salada

Los buñuelos no tienen por qué ser siempre dulces, y la prueba está en la receta que te comparto hoy.

¿Alguna vez has hecho buñuelos salados?Créditos: Pixabay/Gastrolab.
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¿Quién dijo que los buñuelos tienen que ser dulces? Hoy vamos a hacer unos buñuelos de calabacín esponjosos como una nube, pero con un toque salado que va a sorprender a todos.

Prepárate para disfrutar de unos buñuelos ligeros y sabrosos, perfectos para cualquier ocasión. Esta receta salada es sin lugar a adudas una de mis mayores sorpresas de este verano.

Así se hacen estos buñuelos

Ingredientes para 25 buñuelos

  • 2 calabacines medianos.
  • 2 huevos.

  • 150 g de harina de trigo.
  • 1 sobre de levadura química (polvos de hornear).
  • 50 g de queso rallado (opcional, pero le da un toque especial).
  • Sal y pimienta al gusto.
  • Aceite para freír.

Elaboración

  1. Comienza rallando los calabacines y colócalos en un colador con un poco de sal para que suelten el exceso de agua. Déjalos reposar unos 15 minutos y luego presiona bien para eliminar toda la humedad.
  2. En un bol grande, bate los huevos y añade los calabacines bien escurridos. Incorpora la harina tamizada junto con la levadura, y mezcla bien hasta obtener una masa homogénea. Si has decidido añadir queso, este es el momento de hacerlo. Ajusta de sal y pimienta al gusto.
  3. Calienta abundante aceite en una sartén. Con la ayuda de dos cucharas, forma pequeñas porciones de masa y fríelas hasta que estén doradas y crujientes por fuera, pero esponjosas por dentro. Asegúrate de que el aceite esté bien caliente para que los buñuelos no absorban demasiado aceite y queden ligeros.
  4. Una vez dorados, coloca los buñuelos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. ¡Y listo! Tienes unos deliciosos buñuelos de calabacín que serán la estrella de cualquier aperitivo o cena ligera.

Consejos para unos buñuelos perfectos

El aceite, a su temperatura justa

Asegúrate de que el aceite esté bien caliente antes de empezar a freír. Si está frío, los buñuelos absorberán mucho aceite y quedarán pesados. La temperatura ideal ronda los 170-180°C, lo suficiente para dorar rápidamente sin quemar.

El escurrido del calabaín

No te saltes este paso. El calabacín tiene un alto contenido de agua, y si no lo escurrimos bien, la masa quedará líquida y los buñuelos no se formarán correctamente. Usa un paño limpio para presionar el calabacín rallado si es necesario.

No frías todos los buñuelos de golpe

No llenes la sartén con demasiados buñuelos a la vez. Esto bajará la temperatura del aceite, haciendo que los buñuelos queden grasientos y menos crujientes. Freír en pequeñas tandas garantiza que cada buñuelo se dore de manera uniforme.

Intenta que sean iguales

Intenta que todos los buñuelos sean del mismo tamaño para que se cocinen de manera uniforme. Esto también ayuda a que la presentación sea más atractiva si los sirves a tus invitados.

El papel, tu gran aliado

Una vez fritos, coloca los buñuelos en papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Así quedarán más ligeros y crujientes, perfectos para disfrutar al instante.