A la hora de preparar una comida fácil, rápida, económica y nutritiva para consumir en casa o llevar al trabajo, las ensaladas con pasta son opciones ideales. Almuerzos o cenas livianas pueden conseguirse con este tipo de plato, que además incorpora hidratos de carbono necesarios para aportar energía al cuerpo.
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El truco para que las ensaladas con pasta queden perfectas radica en un punto crucial de su proceso de cocción. Es sabido que si se quiere disfrutar un plato caliente con estas harinas, nunca se debe enjuagar una vez que llega a cocerse para poder servir al dente. Pero en el caso de los platos fríos existe la excepción a la regla.
Al comer pasta caliente, por lo general disfrutada por millones de personas al dente, enjuagarla antes de servir no tiene sentido porque se pierde la sustancia responsable de su textura: el almidón. Incluso si el chorro de agua es demasiado violento, se puede romper el alimento. Si bien algunas personas creen que haciendo el enjuague en frío van a cortar la cocción para que esté más firme, lo ideal siempre es ser minucioso con los tiempos de la pasta mientras esté hirviendo y siempre tener a mano la salsa lista para servir.
Para los platos fríos con pasta, en especial las ensaladas, lo que se busca todavía con más importancia es que la harina siempre se mantenga firme, no se haga una baba, no se aplaste y no tenga una textura gomosa y apelmazada. Para que el alimento quede perfecto en combinación con vegetales, frutas y líquidos de aderezo es necesario cortar su cocción con un enjuague en frío.
El procedimiento consiste en detectar el punto de cocción adecuado de la pasta en el agua hirviendo, escurrirla retirando del calor y enjuagarla con agua muy fría de forma rápida pero no brusca, cuidando de remover despacio para que sea efectiva la maniobra. Luego se debe colocar el alimento en un paño de cocina limpio, absorbente y que no suelte pelusa o hilos, siempre de forma bien separada, nunca amontonada.