Para los amantes de la paella seguramente la receta original sea la que prevalece por encima de las demás, en cuanto a sus características de elaboración y sabor. Pero lo cierto es que cada región de España suele aportar ingredientes de temporada o cercanía, reversionando este plato tan característico de nuestra gastronomía.
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Hay distintos tipos de paella y una de ellas es la valenciana: la más conocida y difundida a lo largo y ancho de todo el mundo. La preferida de millones de personas tiene como elementos fundamentales el sofrito de pimiento, ajo, tomate y cebolla; y arroz al dente. La carne de conejo y pollo suelen ser los acompañantes de este plato.
Otro tipo de paella es la que tiene predominancia de la carne en su composición. Arroz al dente es la base de esta comida pero se suele incluir cerdo, conejo, pollo o algún embutido como la longaniza. Este tipo de plato de la gastronomía española suele dar porciones abundantes y coloridas.
Pero, sin duda, la paella de mariscos es otra de las más difundidas en todas las latitudes del planeta. El almidón del arroz de grano largo que se penetra de los sabores del vino blanco, calamares, mejillones y langostinos, entre otros, da como resultado una de las comidas de la cocina de España por excelencia.
La paella es un símbolo de la cultura gastronómica del país y las variantes continúan: se puede hacer con arroz negro (por la tinta que desprende el calamar); solamente con verduras, apelando a lograr una explosión de sabores con este tipo de alimento; o con cocción en el horno. Si bien los chefs y foodies más apegados a la tradición no cambiarían nunca la receta de este plato, hay otros que exploran los sabores y combinaciones según las costumbres de cada rincón de España.