El acero inoxidable suele ser el material más utilizado para las baterías de cocina, garantizando la durabilidad de cada objeto o utensilio de uso diario. Si bien es resistente y fácil de limpiar, hay veces que requiere una limpieza más profunda para que quede como nuevo. Es el caso de las sartenes cuando se terminan de utilizar para cocinar alimentos.
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Al finalizar la cocción de alimentos en sartenes de acero inoxidable, estás se deben raspar suavemente con papel de cocina o una espátula, sobre todo si se usó aceite u otro tipo de grasa. Uno de los errores más grandes es hacerlo con un estropajo, de este modo se raya la superficie.
La sartén de acero inoxidable también se puede limpiar sumergiendo la pieza en agua fría, pero sin que su superficie esté caliente, ya que de este modo se genera el choque térmico que puede provocar la deformación del objeto de cocina. Para su limpieza es recomendable usar una esponja con detergente, haciendo movimientos circulares y finalizar enjuagando y secando bien.
En el caso de que las sartenes de acero inoxidable tengan restos de comida quemada, el procedimiento será otro. Para quitar ese tipo de suciedad lo ideal es utilizar una solución con una parte de vinagre y tres de agua, y poner a calentar para que rompa el hervor. De esta forma, la suciedad debería ser retirada con facilidad.
Otra forma de retirar restos de alimentos quemados de las sartenes es hacerlo con bicarbonato de sodio (dos cucharadas) y media taza de agua, dejando reposar la mezcla y luego sumergiendo la sartén en agua hirviendo. El efecto debería ser notable y los pequeños restos o suciedades deberían salir con detergente y una esponja.