Muchas veces restamos importancia a la manera en que introducimos los huevos a la nevera, pero la limpieza con la que lo hacemos puede ser de vital importancia para nuestra salud ya que un error puede ocasionarnos graves enfermedades o infecciones.
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Algunas veces cuando abrimos el envoltorio de los huevos que compramos en el supermercado o en el mercado cercano encontramos que la limpieza no es la óptima, en algunos casos podemos ver pequeñas plumas y hasta excrementos de gallina que por algún error no se quitaron en el proceso de producción
Sin duda alguna no podemos introducir a nuestra nevera un huevo en ese estado, existe la posibilidad de que contamine el interior o algún alimento con el que esas suciedades pudieran contactar. Dada esta situación es que podemos aconsejarte cómo limpiar exhaustivamente la cáscara del huevo antes de guardarla en la nevera.
Lo primero que se nos viene a la cabeza sería sumergirlos en agua, pero esto es algo que debes evitar porque la suciedad no terminará de irse, lo primero que debes hacer es ayudarte con un buen estropajo de acero. Con él podrás eliminar todo lo que haya quedado incrustado en la cáscara y que no sale fácilmente con agua. Cuando hayamos removido todo debemos secar con un trapo de cocina y dejar secar sobre papel de cocina para que absorba la humedad de la cáscara del huevo.
Un paso más allá sería desinfectarlos para quedarse 100% tranquilos. Para ello podemos utilizar vinagre mezclado con agua e introducir la solución en un pulverizador. Luego pulveriza sobre la cáscara de huevo, deja descansar sobre el huevo para luego lavar con agua de grifo procurando retirar la solución hasta que los huevos queden limpios y brillantes. Intenta seguir estos rápidos y fáciles pasos para no introducir tus huevos sucios a la nevera y evitar posibles enfermedades que su cáscara pueda estar portando.