Consumir a diario bebidas azucaradas parece una postal de la vida contemporánea, pero este hábito no es nada saludable. La publicidad ha ayudado a que se vea “normal” estar en una situación de placer consumiendo este tipo de bebidas, pero nuestra salud está en riesgo si abusamos de este tipo de productos. Pero eso es recomendable equilibrar y reducir su consumo.
Te podría interesar
Claro que en un corto plazo no veremos los efectos nocivos, pero si consumimos bebidas azucaradas por largo tiempo, las consecuencias con casi inevitables. Según una investigación con la participación de la Universidad de Barcelona, si se combina una alimentación rica en grasas con la ingesta de bebidas endulzadas con fructosa se acelera la acumulación de grasas en el hígado. Esto sin dudas es malo.
Es que las bebidas azucaradas sueles ser edulcoradas con un producto llamado fructosa, que es un potente endulzante. ¿De dónde bien la fructosa? Es un tipo de azúcar simple (monosacárido) que se obtiene a partir del jarabe de maíz. Es tan potente y barato que es muy utilizado por la industria alimenticia.+
La fructosa no solo se utiliza para edulcorar bebidas, sino que también tiene un uso ampliado en salsa y alimentos procesados. Tiene un gran poder edulcorante y es barato producirlo; por eso la fructosa se usa para endulzar bebidas, salsas y alimentos procesados. La mala noticias es que la comunidad científica asocia el mayor consumo de fructosa con el riesgo de padecer diabetes y enfermedades cardiovasculares. Además, hay riesgo de sufrir hipertrigliceridemia (triglicéridos elevados).
Asimismo, se suman estudios que indican que el consumo de bebidas endulzadas a diario y sin control está relacionado con la enfermedad del hígado graso. Esta enfermedad sucede cuando el hígado genera mucha más grasa nueva, acumulando lípidos en el hígado muy por arriba de los deseado. Así que es hora de preguntarse si vale la pena consumir este tipo de bebidas todos los días.