Hoy os traemos una receta que os hará chuparos los dedos: una deliciosa quiché de espinacas, calabacín y tomatitos cherry, perfecta para aquellos que buscan una opción sin carne. Esta quiché es una manera estupenda de introducir las verduras en vuestros menús diarios, con el añadido del inconfundible sabor del queso Manchego, que le da ese toque especial que tanto nos gusta.
Preparar esta quiché es más fácil de lo que parece y os aseguramos que encantará a todos en casa. Ahora viene lo "complicado", aprenderse la receta, pero después viene lo bueno, que es comerlo y disfrutarlo con buena compañía.
Aprende a hacer este rico quiche de espinacas
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Ingredientes para 4 personas:
- 1 lámina de masa quebrada (pasta brisa) de 250 gramos.
- 1 calabacín.
- 10 tomates cherry.
- 150 gramos de hojas tiernas de espinacas.
- 3 huevos.
- 90 gramos de queso manchego rallado.
- 150 mililitros de nata.
- Sal al gusto.
- Pimienta al gusto.
Así se prepara este quiché
- Precalienta el horno a 180ºC.
- Coloca la lámina de masa quebrada, con su papel de hornear debajo, en el fondo y las paredes de un molde desmontable de 18 cm de diámetro. Presiona con los dedos sobre las paredes internas para que la masa se adhiera bien y marque los surcos del molde. Pincha la base varias veces con un tenedor para evitar que se hinche durante el horneado. Coloca encima un círculo de papel sulfurizado y cubre con legumbres secas para hacer peso. Hornea durante 12 minutos a 180ºC.
- Mientras la base se hornea, lava el calabacín y córtalo en láminas finas. Lava los tomates cherry y córtalos por la mitad. Lava las hojas de espinacas y trocéalas si son muy grandes.
- En un cuenco grande, bate los huevos junto con la nata y el queso manchego rallado. Sazona con sal y pimienta al gusto. Incorpora los calabacines, los tomates cherry y las espinacas, y mezcla bien hasta que todos los ingredientes estén bien integrados.
- Saca la base del horno y retira con cuidado el papel sulfurizado y las legumbres secas. Vierte la mezcla de huevos y vegetales sobre la base de masa.
- Hornea de nuevo a 180ºC durante 15-20 minutos, o hasta que los bordes estén dorados y el relleno esté cuajado.
- Deja enfriar la quiché durante unos minutos antes de desmoldarla para que mantenga su forma. ¡Listo! Ahora puedes disfrutar de una deliciosa quiché de espinacas, calabacín y tomates cherry.
Los mejores consejos para disfrutar de tu quiche
El prehorneado, clave para una buena quiché
Un truco esencial para una quiché perfecta es prehornear la masa quebrada antes de añadir el relleno. Esto evita que la base quede húmeda o poco cocida. Para ello, coloca la masa en el molde, pínchala con un tenedor y cúbrela con papel sulfurizado y legumbres secas. Hornéala a 180ºC durante unos 12 minutos. Esto garantizará una base crujiente y dorada que resistirá el peso del relleno.
Cómo tener las verduras
Uno de los mayores desafíos al hacer quiché es evitar que el relleno quede demasiado húmedo. Para ello, es fundamental escurrir y secar bien las verduras. Las espinacas, por ejemplo, pueden liberar mucha agua. Saltea ligeramente las espinacas y el calabacín antes de añadirlos a la mezcla de huevos y nata para reducir su contenido de humedad. Esto ayudará a que tu quiché tenga una textura firme y consistente.
Huevos y nata: ¿Cómo proceder?
Para obtener una textura suave y cremosa en tu quiché, es importante batir bien los huevos y la nata. Usa un batidor de mano o una batidora eléctrica para incorporar aire en la mezcla, lo que ayudará a que el relleno quede ligero y esponjoso. Añade el queso rallado a esta mezcla y bate hasta que esté bien integrado. Esta técnica asegura que cada bocado tenga una mezcla homogénea de sabores y una textura agradable.