Ya hemos hablando de la importancia de la cáscara de algunas frutas y verduras para prevenir enfermedades o mejor algos aspecto de nuestra salud. En esta ocasión, te vamos a enseñar como hacer una infusión de mandarina que te ayudará a regular el colesterol, prevenir la obesidad, dar protección en contra de la diabetes y la artrosis.
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Vale recordad que la mandarina, según la mitología, cubrían la cordillera del Atlas y crecían en el jardín de las Hespérides. No obstante, su origen real se sitúa en Indochina y el sur de la China, donde las primeras referencias a su cultivo se remontan al siglo XII AC y donde llega a Europa en las grandes migraciones.
Para hacer una Infusión de cáscara de mandarina de forma perfecta, deberás hervir 1 taza de agua. Cuando alcance el punto máximo de ebullición, agregar la cáscara de 1 mandarina, bajar el fuego, y esperar que burbujee 2 o 3 minutos más. Luego, agregar 1 cucharada de manzanilla, lavanda o valeriana. Dejar que repose el té de cáscara de mandarina por unos minutos, y consumirlo frío o tibio.
En caso que desees un agua de mandarina, esta receta no funciona por gramos sino por volumen. Debes tomar un kg de mandarina y ponerlo en la licuadora, una vez bien molidas las mandarinas cubrirán 1 recipiente entero de la licuadora. Al tener una jarra de pulpa licuada de mandarina, sin colar, se debe poner en la vitrolera, a la que se le agregará otra jarra de agua natural y tres cucharadas de azúcar. Remover bien para que se mezcle todo.
En definitiva, tanto la infusión con la cáscara como una buena agua de mandarina, serán muy beneficiosos para tu salud. Como has observado, los procesos no son para nada complicados y si las mandarinas están fuera de época, lo podrás conseguir en cualquier supermercado.