En el corazón de la gastronomía marroquí se entrelazan influencias culturales y geográficas, fusionando toques bereberes, árabes, africanos y europeos, aseguró el chef y consultor gastronómico Lahcen Hafid, durante su participación en Madrid Fusión. Hafid, con una amplia experiencia en hoteles de París como el Hyatt Regency Paris Madeleine, el Sofitel Le Faubourg y el Ritz Paris, compartió su visión sobre la creación de conceptos culinarios y el arte del servicio al cliente. Resaltó que Marruecos, además de ser un destino turístico destacado, es un punto de referencia gastronómico fundamental, especialmente para el mercado español.
“Gracias a su patrimonio cultural y su cercanía con las principales capitales europeas, la cocina marroquí ofrece una amplia gama de sabores y diversidad”, comentó Hafid.
Se subrayó a la gastronomía marroquí como un motivo de orgullo nacional y un vínculo con la identidad cultural del país. A través de platos tradicionales y técnicas culinarias transmitidas de generación en generación, Marruecos preserva su legado gastronómico y celebra su diversidad cultural.
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En la ponencia "Marruecos Dulce", se discutieron las variaciones regionales en la preparación del tradicional cuscús, un plato icónico de la cocina marroquí. La chef Nabila Ezzarouali, finalista del concurso Chef Marruecos, centró su atención en la pastelería casera marroquí, resaltando sabores como flor de naranjo, canela y almendras, muy apreciados en la cocina local.
"Cada región tiene sus propios dulces típicos y métodos de elaboración. Es fascinante viajar y explorar el territorio a través del paladar", comentó Ezzarouali, enfatizando el profundo arraigo del dulce en la historia de cualquier cultura.