El jamón es uno de los productos más típicos y característicos de la cocina española. Hay muchos tipos diferentes de jamón, cada uno con sus propias características, pero todos tienen un problema en común. Por suerte, existe un truco sencillo y eficaz para evitar que el jamón se reseque.
¿Jamón ibérico o serrano?
Hay muchos tipos de jamón, pero los más populares son el serrano y el ibérico. A simple vista pueden parecer muy similares, pero en realidad cada uno tiene sus propias características. El jamón serrano se elabora a partir de cerdos blancos que se encuentran tanto en España como en otros países. En cambio, el jamón ibérico se elabora exclusivamente a partir de cerdos ibéricos, autóctonos de nuestro país y que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo. Los cerdos ibéricos consumen una dieta rica en ácido oleico. Pastan en los pastos durante una estación llamada montanera, de octubre a marzo. Entre los íberos hay diferencias en cuanto a la alimentación: bellotas, cebos y cebos de campo.
También hay que añadir que el método de elaboración del jamón ibérico es mucho más tradicional que el del jamón serrano. Además, el periodo de maduración es de 9 a 15 meses para el jamón serrano y de 36 meses para el ibérico.
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Truco para que el jamón no se seque
Lo primero y más importante es guardarlo en un lugar fresco y seco. El jamón es sensible a las altas temperaturas y la humedad, por lo que se echará a perder rápidamente si el ambiente no es el adecuado. Después de eso hay muchos trucos que uno puede realizar para evitar que el jamón se seque de inmediato, pero el más efectivo parece ser el siguiente:
Llena un bol pequeño con aceite de girasol y empapa un trozo de papel de cocina doblado en cuartos. Luego, humedece gradualmente el exterior de la pierna de jamón. Recuerda: se trata de la humedad, no de la fricción, así que no hace falta utilizar mucha fuerza. Para abrir la pieza de manera correcta y evitar que quede más expuesta al ambiente de lo necesario, se recomienda hacer un corte profundo cerca del "cuello" de la pata. Sujétalo con firmeza y colócalo en el jamonero. A continuación, limpia la zona del cuello con un cuchillo afilado que no sea demasiado largo. De ahí debes partir para cortar hacia abajo.
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Sigue este consejo para que tu jamón nunca se seque y siempre puedas disfrutar de su delicioso sabor y textura. Puedes utilizar tu jamón para preparar una deliciosa tabla de carnes frías y quesos para el picoteo.