Sin dudas que los tomates madurados al sol en un huerto de casa poseen toda una serie de propiedades y de sabores imposibles de conseguir en los ejemplares que llegan a las tiendas. Es por eso que a continuación te vamos a contar cómo realizar un huerto en casa para cultivar tomates y que estos queden exquisitos.
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Antes que nada vamos a planificar la siembra. En este sentido es clave sembrar nuestros tomates siempre en primavera o verano, esta es la época exacta. Es importante que realice la siembra una vez que el suelo se haya calentado Los tomates madurados por el sol, jugosos y cultivados en el huerto de su casa le brindan sensaciones de sabor que no se encuentran en los frutos que se venden en las tiendas. Si tiene presente los consejos acerca de la siembra, el cultivo y la cosecha que le presentamos a continuación, le resultará fácil cultivar una gran cantidad de sus propios tomates deliciosos.
Planifique la siembra
Siembre los tomates en la primavera o a principios del verano, el momento exacto depende de las temperaturas de su región geográfica. Realice la siembra una vez que el suelo se haya calentado y las temperaturas superen los 60 grados Fahrenheit durante el día y 50 grados Fahrenheit durante la noche. Las temperaturas inferiores a 50 grados Fahrenheit producirán plantas que no crecen mucho y que producen menos frutos o ninguno.
Luego vamos a preparar el lugar donde vamos a cultivar nuestro tomates, ya que estos crecen mejor en los suelo que tengan un buen drenaje y que además son ricos en materias orgánicas, y tienen un nivel suficiente de acidez, con un pH entre 6,5 y 7,0.1. Es recomendable que antes de la siembra, aumente la materia orgánica aplicando una capa de 2 a 3 pulgadas de abono orgánico en la superficie del suelo y removiendo la tierra para que este penetre.
Justo antes de comenzar la siembra, vamos a retirar las hojas inferiores de la planta, arrancándolas del tallo con los dedos. Al hacer esto quedarán en el tallo de la planta de tomate unas pequeñas protuberancias que son los nódulos de la raíz. Luego vamos a cavar un hoyo y vamos a enterrar la planta de tomate hasta justamente arriba del último nódulo de la raíz, más profundo de lo que estaba en la maceta original del vivero.
De esta manera, las raíces se formarán a lo largo del tallo en los nódulos de la raíz creando un sistema de raíces y una planta fuertes. Es recomendable que las plantas de tomate estén separadas a una distancia de 24 a 30 pulgadas. Después de sembrar, vamos a aplanar la tierra suavemente con la mano hasta que quede firme. Si vamos a cultivar en macetas, siembre es recomendable colocar una sola planta por maceta.
Para preservar la salud de las plantas de tomate y para facilitar la cosecha, vamos a colocar enrejados alrededor de las plantas cuando las siembre. Esta estructura de alambre sostiene las plantas durante su crecimiento y alejan las hojas y los frutos del suelo, lo que permite lograr mejores cosechas, menos plagas y menos probabilidades de contraer enfermedades. El tamaño de los enrejados varía pero los de 20 a 24 pulgadas de diámetro y de 4 a 6 pies de alto son opciones ideales.
Riegue y deshierbe con frecuencia
Riegue bien las plantas después de sembrar y otra vez cuando la tierra de la superficie se seque. Cuando la planta se haya asentado y se observen brotes nuevos, manténgala saludable mediante el riego para que la tierra permanezca húmeda, pero no empapada.
Cabe aclarar que la tierra muy mojada puede conducir a la pudrición de las raíces causada por los hongos y puede producir frutos con demasiada agua. Por otra parte, la tierra muy seca puede traer como resultado frutos agrietados y la pudrición en el extremo inferior del fruto de tomate. Evite también el riego desde arriba ya que el follaje húmedo puede conducir a varias enfermedades causadas por hongos.
Deshierbe con frecuencia porque la maleza le roba el agua a las plantas de tomate. Evite el crecimiento de la maleza y mantenga estable la temperatura del suelo mediante la colocación de mantillo alrededor de la planta de tomate con una capa de 2 a 3 pulgadas de trozos de corteza.