Consumir garbanzos es de gran importancia en una dieta que contemple todos los grupos de alimentos con sus respectivos nutrientes. Esta legumbre aporta cantidades significativas de minerales, fibra y vitaminas. Si bien se suele cocinar e ingerir con su piel bien ablandada, también se puede retirar en dos pasos muy sencillos.
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La maniobra para quitar la piel de los garbanzos te servirá si quieres evitar esta cubierta que a veces puede resultar un poco pesada para la digestión y producir más gases. La existencia de esta cáscara en la legumbre hace que los tiempos de cocción sean un poco más largos y, además, en preparaciones como el hummus o cremas es mejor evitarla.
Por lo tanto, si quieres quitarle la piel a las legumbres, puedes aplicar una maniobra de dos pasos. Pero antes tienes que conseguir un elemento clave en el proceso: el bicarbonato de sodio. Al agregar este polvo blanco a los garbanzos en remojo, la cáscara llega más blanda a la cocción y por lo tanto se desprende fácilmente.
Pero en el caso de que quieras aplicar la maniobra con garbanzos ya cocidos, lo primero que tienes que hacer es escurrirlos y colocarlos en un recipiente que puedas introducir en el microondas. El primer paso para poder desprender la piel es agregar una cucharadita de bicarbonato sódico cada 200 gramos de alimento y remover bien para que queden todos impregnados.
Calienta los garbanzos en el microondas para que queden tibios, remueve enérgicamente y luego coloca la legumbre en un recipiente con agua caliente: este es el segundo paso. Remueve suavemente con tus manos las unidades, para que se froten unas con otras y puedan desprender la cáscara que verás flotar posteriormente.