La cafeína es un potente estimulante del sistema nervioso central y es uno de los suplementos más eficaces para estar más activos. Ya sea para estudiar, trabajar o entrenar, esta sustancia suele ser ingerida para poder estar más despiertos y con más energías. Pero también está relacionada con la regulación de glucosa.
Te podría interesar
En cuanto a esta última molécula, se traduce en dos tipos: la plasmática, que es el azúcar que está en sangre; y la que se encuentra en el hígado y músculo, que se constituye en la reserva más importante del cuerpo, llamada glucógeno. Pero para que este último compuesto se transforme en glucosa, tiene que pasar por un proceso de división y mientras más rápido sea, mayor es la capacidad de generar energía.
La relación que hay entre la cafeína y la glucosa es que la primera hace que el glucógeno se pueda dividir rápidamente. Entonces la masa muscular se prepara mejor para trabajar mejor y producir más energía. Además, particularmente beber esta sustancia en el café, tiene un efecto que favorece la regulación de la glucosa.
En otras palabras, en las personas que no tienen riesgos de enfermedades, patologías y tampoco tienen carga genética para generar algún trastorno en los niveles de glucosa, se produce un efecto a largo plazo ingiriendo cafeína, que hace que se mejore la sensibilidad a la insulina, es decir, se produzca una mayor tolerancia a la glucosa.
Un ejemplo de la relación que existe entre estas dos sustancias es el que sucede en personas con diabetes tipo II. Por lo general, estos pacientes están medicados con insulina o metformina para poder controlar los niveles de glucosa en sangre. La ingesta de cafeína en este caso, a través del café, tendría un efecto muy positivo en la regulación de este índice y podría complementarse el tratamiento.