Elegir una miel con calidad óptima, a veces puede ser una tarea difícil si no se tienen algunos conocimientos básicos o datos importantes de su elaboración. Este alimento resulta muy nutritivo, además de tener un sabor y textura exquisita, y por eso es necesario conocer bien qué nos estamos llevando a casa para destinarlo a recetas o a fines terapeúticos.
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Una de las claves para poder elegir y comprar miel de buena calidad es detectar que sea cruda. Es un dato que está en las etiquetas con ese término o con "sin pasteurizar" o "mínimamente filtrada". Esto quiere decir que el alimento no pasó por un proceso de pasteurización (con altas temperaturas que destruyen algunos nutrientes y enzimas), es decir, no ha sido manipulado.
Otro aspecto a tener en cuenta es su procedencia, que la miel sea de cercanía ya es un buen dato. En España puedes encontrar productos de buena calidad que lleven la etiqueta con su denominación de origen o con los términos "cosechada y envasada por el apicultor". Las mejor posicionadas en nuestro país provienen de la D.O.P. de Villuercas-Ibor, Liébana, Tenerife, Granada y La Alcarria.
Otra de las claves para detectar una miel con óptima calidad es su envase. Idealmente, tienes que comprar una con bote de vidrio, ya que este material protege mejor el producto de la humedad y el calor. Conservar el alimento en este material (a 20°C y con humedad que no supere el 60%), hace que no se oxide y, si es hermético, que no entren bacterias.
Los aspectos de las variedades de miel, también son clave para determinar su calidad. La mejor suele ser de tipo monofloral (80% de una sola variedad), sin mezclar ejemplares, para aprovechar todas sus propiedades y características particulares de color, sabor y textura. Lo mismo ocurre con las plantas utilizadas para su elaboración, ya que el producto final tendrá efectos diferentes y sobre todo beneficios muy únicos, por ejemplo: la miel de abeto ayuda en los procesos infecciosos del sistema respiratorio; la de castaño con las enfermedades de tipo cardiovascular; la de lavanda es antiséptica; y la de tomillo se recomienda para el asma o tos intensa.