Consumir brócoli es uno de los hábitos que hay que incorporar en una dieta saludable, ya que este vegetal es fuente de una cantidad significativa de fibra y agua, ideal para hidratarnos y mantener una óptima salud intestinal. Este alimento también es perfecto para las dietas que persiguen el objetivo de bajar de peso, ya que aporta 38 calorías en 100 gramos de producto.
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El brócoli se traduce en una fuente de provitamina A y vitamina C, además de aportar hierro, calcio, magnesio y fósforo a nuestro organismo. Al poseer un flavonoide denominado quercetina dentro de sus nutrientes, este alimento verde cumple la función de antioxidante (y por lo tanto antiinflamatorio) para algunos tejidos.
Una de las razones por la que debes evitar comer el brócoli cuando notes que está de color amarillo es que el alimento está perdiendo parte de sus nutrientes y, por lo tanto, sus propiedades beneficiosas. Esto significa que el vegetal comienza a dejar de estar 100% apto para su ingesta.
Esto no significa que debas desecharlo, de hecho puedes hacer guisos, sopas o cremas, pero su calidad nutricional puede que disminuya. Es por eso que a la hora de adquirir el brócoli en las tiendas, es necesario revisar todo el cuerpo del vegetal para descartar que nos estemos llevando a casa un producto “pasado”. Otra razón por la que debes prestar atención si ves color amarillo es porque puede ser perjudicial en otro nivel.
Esto significa que el brócoli puede haber sido infectado por algún hongo. El color amarillo puede originarse por este motivo y para descartar que se trate de esta situación, tienes que observar el tallo. Si esta parte del vegetal se encuentra muy blanda, entonces el alimento se echó a perder y no está apto para el consumo.