Un globo aerostático es el soporte para un restaurante entre nubes. Es de esta manera que los comensales pueden disfrutar las delicias que prepara la chef Angélique Schmeinck desde más de 400 metros de altura. La experiencia se denomina CuliAir Skydining y dura aproximadamente una hora y media.
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Desde las alturas, la cocinera nacida en Países Bajos deleita a sus comensales cocinando alimentos que cambian sus texturas gracias al calor radiante y el aire caliente que sopla por encima. La altura de este globo aerostático es de 50 metros y su volumen es de 10 mil metros cúbicos, por lo que el transporte funciona como un horno de convección.
Los alimentos que cocina la chef Angélique Schmeinck a bordo del primer restaurante montado sobre este tipo de transporte, logran su consistencia final por el calor interno que proviene del globo que supera los 100°C. El método es el siguiente: a través de poleas y cestos de horneado, los platos se dirigen hacia el centro caliente. Luego se bajan y se les da el toque final para servir.
Para cocinar los alimentos en este restaurante no convencional, la cocinera mide la temperatura del horno de convección por medio de sensores. Los platos más destacados que se sirven en el globo aerostático son: pollo con espárragos blancos, champiñones, pistachos y mayonesa; lubina con crema de zanahoria y espárragos verdes; y langosta escocesa.
Alimentos como salsa de melón, alcaparras, queso de cabra y sésamo crujiente, también forman parte del menú de este restaurante entre nubes. Y si de postres hablamos, se puede consumir fruta de la pasión con agregados y mousse de chocolate. El paseo tiene como puntos de visita diferentes zonas de Países Bajos, pueden disfrutarlo hasta 10 personas, cuesta cerca de 450 euros por persona y recorre 30 kilómetros.