Las patatas fritas pueden poner en riesgo la salud de varias maneras. La primera que se nos viene a la mente, es claramente el aumento de peso. Pero además, comer esta guarnición todos los días puede ocasionarnos una diabetes tipo 2 y hasta pueden producir un cáncer.
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Lo cierto es que las patatas son nuestra guarnición preferida y siempre están presentes acompañando a nuestros platillos principales, pero ojo, no hay que abusar. Hemos normalizado su consumo y no estamos dimensionando el riesgo a la salud que puede acarrear consumirlas con tanta asiduidad.
Cabe aclarar que en sí, la patata, no representa ningún riesgo para la salud, al contrario ya que es un alimento saludable que está dentro de la dieta. Aporta vitamina C para fortalecer el sistema inmunológico, potasio para fortalecer los músculos, Vitamina B6 para la formulación de glóbulos rojos y anticuerpos. Además aporta colina que regula la memoria y el estado de ánimo, aporta fosfolípidos que ayuda a las membranas celulares y almidón que estimula el crecimiento de las bacterias sanas del intestino. En realidad la papa siempre debe estar presente en nuestra alimentación por todos estos beneficios que aporta a nuestro cuerpo, el problema de su consumo viene cuando decidimos freírla.
Y claro si además, las consumimos con asiduidad comienzan los problemas, por lo que vendría bien repasar cuáles son las consecuencias de consumirlas. Las patatas fritas están llenas de aceite, este es su gran problema, pero no solo este, ya que también depende mucho de la calidad del producto usado, no es lo mismo que se utilice un aceite de oliva extra virgen que uno de girasol, pero en grandes rasgos, siempre representan un riesgo para la salud una vez que se bañan de aceite.
No hace falta ser nutricionista para llegar a la conclusión de que las patatas son una bomba de grasas saturadas y esto trae complejas consecuencias a nuestro cuerpo. A continuación te vamos a contar cómo le repercute a nuestro cuerpo su ingesta diaria y qué podría ocasionarle a nuestra salud su consumo.
Para ejemplificar, debes saber, que las grasas saturadas elevan el colesterol en la sangre, incrementando la posibilidad de sufrir enfermedades del corazón y cerebrovasculares. Al respecto, la Asociación Americana del Corazón recomienda que no se supere el 6 por ciento de las calorías de este tipo de grasas en la dieta, y es que al aumentar el "colesterol malo" en la sangre, también baja el "colesterol bueno". La sal añadida que se utiliza como toque final promueve el consumo excesivo de alimentos grasos, además las patatas fritas tienen una sustancia llamada glutamato que estimula el apetito. Todo esto explica por qué son tan adictivas.
Una investigación publicada en la revista Journal of Clinical Nutrition descubrió que el consumo habitual de este tipo de alimentos procesados se asocia significativamente al riesgo en la salud de padecer diabetes tipo 2 y enfermedad coronaria. Otro estudio del Instituto Nacional del Cáncer de España indica que las papas fritas contienen acrilamida, un compuesto que tiene indicios de ser cancerígeno, el cual se produce cuando los alimentos que contienen aminoácido asparagina se calientan a altas temperaturas en presencia de algunos azúcares.