Isabel Preysler es una de las mujeres más influyentes en el mundo de la belleza y la moda. Nunca ha escondido su edad, pero si es cierto que todo el mundo reconoce que aparenta 10 años menos de los que en realidad tiene. Esto es así por Isabel lleva una meticulosa rutina facial, en la que no falta una doble limpieza y una buena dosis de vitaminas diarias.
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En el sector de la cosmética, tener en cuenta un estudio del maquillaje antiedad puede ayudar a que se eviten ciertos errores en la rutina facial, y conseguir de verdad una piel bien rejuvenecida. Todo maquillaje influye en la edad y hay que tener en cuenta que, cada piel es distinta. Y como explican los expertos, a partir de los cincuenta, es preferible huir de maquillajes llamativos, ya que los tonos subidos de color, pueden causar un efecto de envejecimiento.
Vamos a conocer los pasos que sigue Isabel Preysler para maquillarse a diario, y así conocer sus trucos de belleza. Lo primero que hace es aplicarse una base líquida, perfecta para evitar la sequedad de la piel que va en aumento con la edad. Además, hay que tener cuidado a la hora de elegir la base, puesto que la melanina cambia con la edad, y los tonos pueden variar.
Para maquillar los ojos, Isabel Preysler recomienda usar una paleta de sombras de tonos marrones, puesto que estos colores son los que mejor disimulan las manchas rosáceas y los capilares. Según cuenta la propia Isabel, ella emplea la sombra más oscura en el párpado móvil y un tono más claro en la zona superior. Si, además, se pone antes primer o polvos matificantes la sombra se adapta mejor y dura más tiempo.
Las cejas se las maquilla con mucho esmero, puesto que al aumentar la edad se ven más despobladas. Isabel lo que hace, es rellenarlas y definirlas con polvos del mismo color que su pelo natural, para que no se note que están maquilladas, sino que dan un toque de belleza más natural.
Isabel Preysler confiesa que aplicar el colorete es una de las partes más complicada de maquillarse. Ella emplea una brocha de pelo un poco más largo y suelto con forma redondeada y lo aplica directamente en la zona del pómulo extendiéndolo hacia la sien. Además, ella reconoce que nunca emplea una de las técnicas de aplicación del colorete: «La técnica de sonreír y aplicar rubor no es buena idea si tienes algo de flacidez, ya que en el momento que dejes de sonreír, la caída natural de tu rostro podrá dejar el colorete muy bajo», explica Preysler.