Al conseguir un limón de temporada, podemos conservarlo varios días a temperatura ambiente en la cocina o cualquier otro sitio donde tengamos el frutero. El motivo reside en el hecho de que las temperaturas otoñales son amigables con la conservación de este cítrico. Pero lo importante en ese entonces es que no los dispongas junto a otros alimentos que puedan perjudicar el estado del fruto.
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Pero si, en cambio, compramos limones fuera de temporada, por ejemplo en el mes actual, la conservación es distinta. Como las temperaturas son elevadas, lo mejor es conservar los frutos en la nevera. Solo si no hace mucho calor o si pretendes consumirlos en el transcurso de las horas, puedes dejarlos a temperatura ambiente.
Para tener en cuenta, las cámaras frigoríficas industriales ideales para conservar los limones y otros alimentos parecidos, se programan con temperaturas de entre 10°C y 12°C, mientras que el porcentaje de humedad dispuesto es del 90%. Estas condiciones hacen que el cítrico no se dañe, no pierda la textura, ni su zumo y no madure rápidamente.
Si deseas conservar frescos por más tiempo estos frutos fuera de su temporada, el truco está en colocarlos en la zona menos fría de la nevera del hogar, porque es posible que la tengas programada en muy bajas temperaturas para enfriar bebidas y alimentos en los meses de verano. Depositarlos alejados de otras frutas o verduras, es la mejor opción.
Puedes emplear el cajón de las frutas o verduras, en el caso de que estén vacíos o disponerlos en la puerta de la nevera, que es una zona donde se pierde más frío y en este caso favorece la conservación de los limones fuera de su temporada. Para potenciar su estado de frescura, puedes aportarles humedad rociando la piel de estos alimentos con agua, envolviéndolos en papel film y colocándolos en un recipiente hermético; o también puedes depositarlos en un táper con un poco de agua.