Marrones, oscuras, casi negras y blancas: en esas tonalidades puede que avistes una cucaracha. Si bien estos insectos se reproducen y transitan las superficies durante todo el año, se convierten en plagas con facilidad en los meses de verano, dadas las condiciones óptimas de supervivencia.
Te podría interesar
El calor, los sitios oscuros y la humedad son las condiciones de vida que buscan las cucarachas, por lo tanto, hacen sus nidos en espacios que tienen estas características o están cerca de alguna fuente de comida. Los restos de alimentos y líquidos que puedan haber en la cocina, el cesto de basura y los pisos, son sus preferidos.
Las cucarachas blancas existen, pero no son otra especie como tal. Son ejemplares inmaduros que están en transición evolutiva, hasta alcanzar un caparazón de color oscuro: negro o marrón. O también puede suceder que dicho animal blanquecino sea adulto pero haya cambiado recientemente su exoesqueleto: la cubierta dura que lo protege.
En el caso de que llegues a encontrar una cucaracha blanca en tu casa, debes actuar con la mayor rapidez para descubrir de dónde vino, ya que eso significa que hay, definitivamente, un nido de estos insectos en tu hogar. Si ves este animal de ese color pálido, quiere decir que ese ejemplar está cambiando su cubierta protectora, entrando en la adultez y etapa reproductiva.
La cucaracha blanca tiene ese color porque cambia su “piel”, es por eso que también debes prestar atención si encuentras estos restos de color marrón en tu casa. La aparición de este ejemplar quiere decir que tu hogar posiblemente tenga un nido o huevos de estos insectos depositados en algún rincón. Y debes asegurarte de que no hayan otros animales de este tipo blanquecinos, porque podría significar una potencial plaga de cucarachas jóvenes con alta tasa metabólica de reproducción.