Las patatas bravas y los churros son de las recetas más representativas de la gastronomía española. Pero, ¿qué dirías si al ver un plato no pudieras precisar de una u otro? Pues no te pierdas este increíble acertijo que no todo el mundo puede resolver y que te presentamos a continuación. Continúa leyendo si quieres conocer la respuesta.
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Las patatas bravas admiten decenas de preparaciones y recetas. Si bien la clásica preparación indica que deben tener forma de dados, podemos encontrarlas en gajos, rodajas, al estilo patatas de río, al horno, fritas o partidas en mitades. Solo hay que echarle imaginación. La cuestión es que quizá nunca hayas visto cómo este plato tan característico se puede confundir con unos increíbles churros. Se puede, descubre cómo hacerlo.
Para esta originar receta de patatas bravas con aspecto de churros vamos a necesitar: 2 patatas grandes, aceite de oliva, sal gruesa, pimienta, mantequilla y, como no, salsa brava. Comenzamos la preparación y cocemos unos 15 minutos las patatas con sal previamente peladas y troceadas. Comprobamos que estén tiernas antes de retirarlas del cazo.
Seguidamente, debemos hacer un puré para esta receta de patatas bravas que simulan ser churros. Para ello escurrimos las patatas, las chafamos con un tenedor o un utensilio de cocina como un pasapurés y salpimentamos. Añadimos a continuación un par de cucharadas del agua de la cocción previa y una nuez de mantequilla blanda. Incorporamos bien hasta conseguir una mezcla uniforme y sin grumos.
Continuamos esta receta y colocamos el puré en una manga pastelera con boquilla estriada como la que se utiliza para los churros, con un parte de centímetros de diámetro. Reservamos en la nevera. Ahora es momento de freír, calentamos bien en una sartén bastante aceite de oliva. Freímos las patatas dando forma de churro hasta que estén doradas y escurrimos en papel cocina el aceite sobrante. Sírvelas con salsa de patatas bravas o con la que prefieras.