La volandeira y la zamburiña son parecidas, eso es un hecho. Pero jamás pueden ser vendidas como productos iguales porque no lo son. Si bien ambas pueden disfrutarse a la plancha o al horno, no poseen las mismas características nutricionales y organolépticas. En el caso de la primera mencionada esos aspectos son inferiores a la zamburiña.
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La zamburiña pertenece a la misma familia que las volandeiras, pero es más grande, posee mayor jugosidad, textura y calidad. Claro que para alcanzar todas esas características tarda aproximadamente dos años. Por eso el precio que se paga por ella es mayor y es importante conocer sus aspectos para no ser estafados por los vendedores.
Una de las claves para diferenciar la volandeira de la zamburiña son las orejas. Mientras que en la primera se pueden localizar dos, en la segunda solo se puede ver una. La forma de la concha es otro factor a tener en cuenta para diferenciar ambos alimentos: la primera es notablemente más redondeada y la segunda se parece más a la figura de un óvalo.
Siguiendo en sintonía con sus diferencias en cuanto al aspecto exterior, la volandeira presenta un color más claro (blanco, naranja, rosa o amarillento), mientras que la zamburiña es notablemente más oscura, inclinándose a los tonos grises, marrones y violetas. Respecto de su interior, la concha de la primera también es clara, pero la segunda tiene por dentro color casi negro.
Otra de las claves para diferenciar la volandeira de la zamburiña está en las gónadas, mientras que las de la primera mencionada son de color naranja, las de la segunda con de color blanquecino (al igual que el aspecto de su carne).