Saber conservar las tartas en el congelador es de suma importancia para prevenir que no se echen a perder por entrada de agua u olores que puedan alterar totalmente su consistencia y sabor. Para eso es necesario conocer que los cuidados que hay que tener al congelar este tipo de alimentos, se corresponden con los ingredientes que contiene.
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Para congelar una tarta de chocolate, por ejemplo, es importante elaborarla con un poco más de cuajada de la que su receta dice. Esto nos dará la seguridad que al extraerla del frío y descongelarla no se va a terminar desmoronando. Por su parte, para conservar de esta manera una de queso primero hay que corroborar que esté fría antes de introducirla en el congelador.
Esto quiere decir que para congelar una tarta de queso, primero debe pasar por el frío de la nevera. Conservarla en el congelador en porciones individuales requiere envolverlas en papel film, con varias capas. Pero si sabes que no la vas a consumir en un largo tiempo, lo ideal es que además le coloques papel aluminio. De esta manera esta delicia no perderá textura ni sabor.
Por otra parte, si deseas congelar una tarta de manzana, la maniobra es sencilla por la textura propia del alimento y sus ingredientes. Es una comida que se puede conservar sin muchos cuidados más que colocarle papel film y separarlas de pescados o carnes para que no absorban sus olores.
En cambio, la tarta de nata es más fácil que pierda su textura al descongelarla o que se deshaga. Por eso, en su proceso inverso, hay que saber que cuanta más materia grasa contenga la nata (un 35% es óptimo), quedará más consistente y resistente a los procesos de conservación mencionados.