Rara y poco común, existe la alergia al agua. Este tipo de afecciones hace que las personas que la sufren sean intolerantes hasta a sus propias lágrimas o sudor. Una vida normal se complica muchísimo con este tipo de diagnóstico que todavía no tiene cura, pero sí efectos paliativos.
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La alergia al agua se denomina verdaderamente urticaria acuagénica y se produce al entrar en contacto con el líquido, ya sea por tacto o ingiriéndola, en todas sus temperaturas. Se presenta mayormente en las mujeres y en la etapa de la adolescencia. Las investigaciones acerca de este padecimiento todavía están en curso.
Desde la ciencia todavía no se ha delimitado específicamente las causas de esta alergia. Pero varias hipótesis sugieren que es de tipo genético: la mutación del gen 2q21. Este sería el mismo que está vinculado a la deficiencia de lactasa congénita. Otros estudios insinúan que lo que causa la afección son sustancias diluídas en el líquido y otros estiman que la piel fabrica sustancias tóxicas en contacto con el agua.
En estas investigaciones en curso acerca de la alergia al agua, también se ha contemplado la posibilidad de que las personas que sufren la afección tengan un antígeno en la piel que se disuelva en contacto con el líquido, entonces habría una reacción en el sistema inmunológico, porque traspasaría las capas más externas y se activaría la liberación de histamina.
Los síntomas que se pueden presentar si una persona es alérgica al agua son: aparición de ronchas rojizas en la piel luego de 30 minutos después de haber tenido contacto con el líquido; sensación de ardor y picor en extremidades, tórax y cuello; rostro inflamado; falta de aire; y sibilancia cuando se respira.