El café irlandés es una de las infusiones perfectas para terminar el día de una forma relajada. Por lo general, salimos de las actividades laborales y pensamos en las tapas con cerveza pero, hay otras maneras para sacar el estrés y con un toque más cool.
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Con muy pocos ingredientes, puedes preparar el café irlandés de una forma perfecta. El gran toque que tiene esta infusión es nada más y nada menos que el whisky que le dará, el placer que necesitas para olvidar los malos momentos del trabajo y compartir con amigos una charla descontracturada.
Las recetas de esta infusión irlandesa, muestran que no es para nada difícil. El secreto es mezclar los ingredientes de una forma correcta. La gran mayoría dice que debes preparar el café, verterlo muy caliente en tazas y azucararlo según el gusto de cada uno. Echar 25 ml de whisky en cada taza con el café. Montar la nata bien fría con una cucharada de azúcar. Cubrir el café con la nata y espolvorear de cacao en polvo y canela.
Como puedes observar, no es para nada complicado de hacer este café irlandés que no solo te va a relajar sino, estarás probando un manjar centenario. Recordemos, la forma conocida mundialmente se creó en la década de los años cincuenta del siglo XX. En concreto, durante un invierno especialmente duro en el aeropuerto de Shannon (Irlanda). Por un retraso en un vuelo de la Pan American, Joe Sheridan, que trabajaba de cocinero en el aeropuerto, tuvo la idea de añadir whisky de su país al café, para contrarrestar el frío de los pasajeros. ?
Cuando se le preguntó si ese tipo de café era de origen brasileño respondió que se trataba de café irlandés. Uno de los pasajeros que probó ese café ese día era un escritor estadounidense llamado Stanton Delaplane, el cual en 1952, junto a Jack Koeppleral, propietario de un bar en San Francisco, lo retó a recrear el mismo café que tomó en el aeropuerto irlandés.
- ¿Qué ingredientes necesitas?
4 tazas de café muy caliente, azúcar (al gusto)
100 ml de whisky
100 ml de nata líquida para montar
canela para espolvorear