El Consejo de Ministros ha aprobado esta semana el proyecto de ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario. Esta ley, pendiente de su tramitación en las Cortes, implica a todos los agentes de la cadena alimentaria en una serie de obligaciones con el objetivo de combatir el despilfarro de alimentos.
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Existe un Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, que se celebra el 20 de septiembre, pero esta nueva ley ayudará a que se cumpla, ya que se trata de un problema que afecta a toda la sociedad a nivel económico, moral y medioambiental, al desperdiciar no sólo materias primas y comida preparada, sino también, los recursos empleados para producirlos.
Esta nueva ley se enmarca dentro de la campaña, Más alimento, menos desperdicio, y busca que España cumpla con uno de los objetivos de la ONU de su Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que considera primordial afrontar las pérdidas y el desperdicio de alimentos para combatir el hambre en el mundo y el cambio climático.
Entre las medidas que incluyen esta ley, se encuentran, el uso prioritario de los excelentes para la alimentación humana, con donaciones a empresas sin ánimo de lucro o bancos de alimentos, así como crear convenios para mantener la trazabilidad de cada alimento, como la recogida, almacenamiento y distribución.
Si no se puede la donación, la siguiente medida será proceder a su transformación en conservas o procesados como zumos, mermeladas o salsa. El tercer uso posible es la alimentación animal y, por último, el aprovechamiento de los excedentes en subproductos industriales o su reciclado para compost.
También se contempla que los restaurantes deben facilitar que el cliente se lleve las sobras a la casa, e incentivar la venta de productos próximos a caducar con bajadas de precios o aquellos que no sean “bonitos”.