Luego de su publicación, el sábado pasado en el Boletín Oficial del Estado, la Ley de Residuos y Suelos Contaminados ya ha entrado en vigor. Lo que todavía no es obligación son los nuevos impuestos, ya que recién a partir del 1 de enero de 2023 entran en regulación.
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Para incentivar la “economía circular” se han establecido dos impuestos. Por una parte, uno se aplicará sobre envases de plásticos que no sean reutilizables y que sirvan a los fines de presentar, manipular, contener, proteger y distribuir productos. Afecta a vasos, por ejemplo, en restaurantes y bares. Pero quedan excluidos las tintas, lacas, pinturas y adhesivos creados para ser incorporados a productos destinados para presentar, distribuir, manipular o contener medicamentos, productos sanitarios, alimentos de uso médico especial, entre otros.
Por su parte, el otro impuesto que contempla la Ley de Residuos y Suelos Contaminados, es al depósito de residuos en vertederos, la incineración y coincineración. Las autoridades buscan de esta forma desincentivar estas acciones para llevar más a cabo, progresivamente, el acto del reciclaje.
Ley de Residuos y Suelos Contaminados afecta a restaurantes y bares en la medida en que estos deben ofrecer obligatoriamente agua corriente de forma gratuita, es decir, agua de grifo. La medida apunta a reducir el uso de botellas no reutilizables. Las administraciones públicas también deben fomentar el consumo de agua con envases reutilizables.
Como medida a destacar de la nueva ley, está el hecho de que los comercios minoristas de productos alimenticios que cuenten con una superficie de 400 metros cuadrados o más, tendrán que tener un 20% de ese espacio para vender productos sin embalaje primario, con venta a granel o envases reutilizables. La medida entrará en vigor para esta categoría a partir del 1 de enero de 2023.