El pasado lunes dejó distintas sensaciones y, literalmente, olores en los participantes de MasterChef que tuvieron que enfrentar el desafío de cocinar con alimentos que se pueden transformar en preparaciones con características de manjares pero sus aromas son desagradables al primer contacto.
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Uno de los alimentos que peor huele en el mundo es el tofu apestoso o chòu dòufu. Ideal para consumir en preparaciones con mucho sabor y muy nutritivas, este particular producto se elabora a base de una salmuera que nace de una leche fermentada, carne y verduras. Luego se sigue fermentando en el líquido con especias y hierbas que darán el toque final tan intenso (y desagradable).
Otro de los alimentos con feo olor es el durián, la fruta tan característica y exótica de la cocina asiática que se utiliza en preparaciones líquidas, postres y repostería. El sabor más común explicado por las personas que la han probado es como picante y como nuez, pero su aroma recuerda a cebollas podridas.
El queso limburger es otro alimento que entra en la categoría de los que peor huelen en el mundo. Este producto es de origen belga y se elabora a base de pasta blanda lavada. El punto cúlmine de la maduración de este queso es muy apestosa porque su cubierta desprende olor a amoníaco.
El natto y el doenjang son otras preparaciones con muy mal olor. Mientras la primera consiste en granos de soja que se fermentan con bacterias por varias semanas y su olor es putrefacto; la segunda es una salsa hecha también a base de granos de soja fermentados que se obtiene triturando este alimento luego de hervirlo, posteriormente secarlo al sol y sumergirlo en una salmuera con carbón y guindillas. Su aroma es parecido a cebollas podridas.