Sabemos lo importante que es cuidar nuestros artefactos y utensilios de cocina, por que en este artículo te traemos algunos útiles consejos para que las sartenes duren más tiempo, lo que va a depender de una serie de factores. Uno de estos es la calidad o el material de la sartén y la otra es, el uso adecuado que le demos a la hora de cocinar y de lavarlas, esto va a determinar que podamos tener una durante toda la vida o que haya que renovarla a los tres meses de haberla comprado.
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El primero de los consejos para no estropear las sartenes, es emplear siempre utensilios de silicona, plástico o madera, evitando el uso de metales. No se aconseja lavar sartenes en lavavajillas si queremos alargar su vida útil. A pesar que los fabricantes digan que son aptas para lavavajillas, lo mejor es lavarlas a mano, ya que un solo poro en el que haya saltado el antiadherente, el agua, que además en los lavavajillas golpea con mucha fuerza, irá penetrando y acabarán generando burbujas.
Otro elemento que influye en el tiempo que duran estos utensilios, es la temperatura a la que las sometemos, algo en lo que la mayoría de gente suele fallar. Las temperaturas superiores a 250º hacen que pierdan sus propiedades antiadherentes. Sin embargo, cuando solo estamos calentando el aceite debemos ser especialmente cuidadosos para no dañarlas. Las antiadherentes con titanio, piedra, etc., no son más que denominaciones comerciales que se refieren a los acabados, no a los materiales ya que todas tienen una base de teflón así que si no tomas las precauciones que más arriba te contamos vas a sufrir la pérdida temprana de tus sartenes.
Existen sartenes que pueden durar toda la vida, y son las de hierro o de acero inoxidable, estos materiales pueden pasar sin problemas de generación en generación. Tanto las de hierro como las de acero inoxidable no llevan recubrimientos antiadherentes, de manera que hay que aprender a usarlas antes de cocinar con ellas, y así conseguir que los alimentos no se peguen. A la sartén de hierro hay que hacerle un curado, calentándola con un dedo de aceite durante unos 10-15 minutos. Una vez se acaba el proceso, se retira el aceite y se puede usar sin problema.
En el caso de las sartenes de acero inoxidable que tampoco suelen estropearse con el tiempo, se recomienda usar más aceite durante los primeros usos, ya que este es un antiadherente de primera, un truco que funciona, muy bien consiste en salpicar la sartén caliente con unas gotitas de agua. Si estás se evaporan al momento es que el aceite aún no está listo, pero si se quedan bailando en la superficie como si fuesen gotas de mercurio es que es el momento justo para poner la comida.