El horno de cocina es uno de los artefactos del hogar que más utilizamos. En el caso de tener un horno eléctrico no solo va a consumir electricidad sino también, puede ser un arma mortal sin no lo utilizamos de forma correcta. Uno de los que más consumo eléctrico genera y uno de los que más se ensucia y nos cuesta limpiar. Todo ello hace que existan errores frecuentes en su uso. En concreto, recopilamos los errores más frecuentes (y que todos cometemos) al utilizar el horno.
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El primer error que encontramos en el uso del horno es el no precalentar antes de usarlo. En general, es recomendable precalentar el horno 15 minutos antes de introducir los alimentos porque la cocción del horno es por concentración. Es decir, se debe precalentar el horno para evitar que se expandan las sustancias de los alimentos. No precalentar el horno hace que el resultado de la cocción sea distinto al deseado.
Otro error que cometemos es abrir la puerta del horno cada dos por tres. Quienes ya dominan el horno con soltura saben de buena mano que este simple gesto hace que el horno pierda hasta 50ºC de temperatura en un momento. Sí, como lo lees. Abrir la puerta del horno a menudo fastidia por completo la cocción de los alimentos, además de retrasarlo.
Un tercer error es el utilizar recipientes que no son aptos. Los recipientes para horno pueden ser de vidrio, acero inoxidable o de loza. Los que apenas sabemos utilizar este electrodoméstico podemos pecar de utilizar cualquier recipiente para cocinar los alimentos y este es uno de los errores más fatales que podemos cometer porque los alimentos no se cocinan bien; o, el recipiente acabará estropeado (en especial si son de plástico).
Por último, vemos dos errores muy importantes que cometemos muy a menudo por flojera. El primero es no contralar la temperatura donde cada cocción tiene su termómetro y el segundo es el no limpiar el horno tras cada uso. La ser un electrodoméstico en el que se cocina y que tiende a acumular las grasas, los vapores y los jugos de los distintos alimentos. Por ello y para evitar malos olores, es importantísimo limpiar el horno tras cada uso.