La macedonia o ensalada de frutas es una excelente opción para consumir un alto contenido de vitaminas y minerales. Este plato, que puede tomarse tanto como postre como merienda o incluso en el desayuno, no entraña demasiada dificultad aunque se debe seguir una serie de consejos para que el resultado sea perfecto.
Te podría interesar
Para que una macedonia no presente una textura pastosa y sosa debemos prestar atención a determinados consejos. En primer lugar, tenemos que utilizar frutas frescas, ni muy verdes ni excesivamente madura que lleguen a estar en mal estado. Por otro lado, debemos tener en cuenta que el tamaño sí importa: los dados deben ser pequeños, tiene que caber en una cucharita de postre.
La textura es fundamental en un plato como la macedonia. No debemos preparar esta ensalada de frutas de modo que obtengamos una sustancia densa similar a la mermelada. La fruta en trozos se debe notar y para ellos lo recordable es optar por aquellas variedades que no se deshagan rápidamente. Los frutos rojos o un plátano madura se debe añadir al final, por ejemplo.
Las frutas contienen azúcar de forma intrínseca, por los que añadir edulzantes puede que no sea la mejor idea o consejo. Si aún así prefieres un sabor aun más dulce e intenso convendría utilizar otras alternativas como la miel, por ejemplo. Recordemos que la Organización Mundial de la Salud recomienda que nuestra ingesta de azúcar no supere los 25 gramos diarios.
Por otro lado, tan importante como las frutas de la macedonia son los zumos que la acompañan. El zumo de naranja suele ser clásico, aunque debemos considerar que acelera el proceso por el que las frutas se reblandecen. El zumo de limón, por otro lado, evitará que algunas piezas se oxiden y le da un punto ácido y refrescante. Quizá podríamos optar algún zumo más neutro como el de la manzana y así disfrutar del sabor auténtico de cada una de las frutas.