Que una casa tenga un buen jardín o una terraza donde poder instalar una cocina al aire libre aporta múltiples ventajas para disfrutar de las noches de primavera y verano y conseguir unas veladas únicas y personales.
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Pero contar con una cocina externa tiene de por sí, muchas otras ventajas más allá de cocinar bajo la luna. Hay que tener en cuenta que al estar en el exterior hay que prestar atención al diseño, al estilo y a la decoración para que sea una zona práctica y útil para toda la familia. Hay que tener claras las medidas con las que se cuenta para saber qué espacio se tiene para poder montar la cocina, los muebles, el almacenaje y la mesa con sus sillas.
Una de las principales ventajas de tener una cocina al aire libre es sin duda, el tema de los olores y los humos, hay muchos tipos de comida que al cocinarlas huelen más que otros y desprenden mucha humareda y poder hacerlo al aire libre, facilita que no se quede el olor en la casa. Es el caso de las sardinas, por ejemplo, o de las barbacoas de carne…
A nivel más decorativo, las cocinas al aire libre son muy funcionales y muy fáciles de decorar, los materiales más utilizados son de madera, o los clásicos a base de hormigón, piedra, azulejos y ladrillos al estilo rústico. Pero como siempre, para gustos los colores. Lo importante es tener zona de sombra y de asiento para disfrutar de las comidas en un ambiente muy relajado. Se suele emplear el uso de plantas para darle un toque más tropical y de naturaleza.
Contar con una cocina al aire libre es sinónimo de eventos. Es el lugar perfecto de la casa para poder organizar fiestas y eventos con grupos de familiares y amigos. Y al tener este tipo de eventos, se puede ofrecer una gran variedad a la hora de preparar comidas, ya sea a base de carbón, gas o electricidad, se pueden hacer diferentes tipos de comida al aire libre y así contentar a vuestros invitados con una variedad de menú muy diversa.