El calamar es considerado, en varios países del mundo, una completa exquisitez que pueden prepararse de varias formas diferentes como a la plancha, en guisos, rellenos, rebozados o a la romana para hacer unos clásicos bocadillos de calamares. Como en España es un ingrediente muy típico y que se consume en grandes cantidades, te enseñamos cómo limpiar este molusco y no llevarte ninguna sorpresa desagradable.
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Una buena limpieza es fundamental cuando se planea cocinar cualquier tipo de marisco. En el caso de los calamares, como se alimentan de peces, cangrejos, pequeños mariscos y viven en las profundidades del mar, es muy común encontrar en su interior arena y restos de alimento en sus tripas. Por este motivo, antes de ponerte a cocinar presta atención a estos tips para limpiarlos.
El proceso es muy sencillo y rápido pero es de vital importancia hacerlo de la manera correcta. El primer paso es separar la cabeza y los tentáculos del cuerpo del calamar, que puedes hacerlo fácilmente con las manos tirando de cada lado firmemente. Retiramos la bolsa de tinta de las tripas para poder utilizarla si es necesaria como ingrediente en tu receta y cortamos por encima de los ojos para separar las tripas de los tentáculos y deshacerte de ellas.
A continuación sacamos con un cuchillo el pico del calamar de la base de los tentáculos, y acto seguido, con las manos o un papel de cocina, retiramos la piel del calamar. Separamos las aletas tirando de ellas o mediante un corte y les retiramos la piel, quitando también la tira dura situada junto ellas, con un cuchillo o con la mano.
Para limpiar el interior del calamar lo primero que debemos hacer es extraer la plumilla, por lo que debemos cogerlo con una mano y con un dedo de la otra, presionaremos la punta cerrada hasta conseguir darle la vuelta al cuerpo. De esta manera tendremos la parte interior del calamar por fuera y nos será más fácil limpiarlo. Por último enjuagamos el calamar en el grifo y quitamos las pieles o tripas que se hayan podido quedar pegados en el interior.