Uno de los errores que pueden cometerse a la hora de hacer torrejas, en la versión de receta que guste más, es principalmente no usar el pan adecuado. Un pan muy blando no servirá definitivamente para elaborarlas. Siempre se debe utilizar pan duro, mejor si es de uno o dos días anteriores a la fecha en que se embeban en la mezcla de huevo y leche.
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Otro error a la hora de ejecutar la receta de torrejas, es rebozarlas en harina antes de freírlas. Leche y huevo son suficientes para su realización. Por su parte, también es un error no calentar la leche. Esta se debe infusionar con las cáscaras de cítricos, vino, canela, vainilla u otro ingrediente de gusto personal.
En cualquier receta, no es necesario que la leche rompa hervor al mezclar y calentar con los otros ingredientes, pero sí que llegue a un punto muy caliente anterior a ese momento y luego retirar del fuego. Luego se debe dejar reposar para que entibie y ahí impregnar las torrejas.
Las torrejas se comen tradicionalmente recién hechas. Por lo que comerlas frías puede ser un error, ya que el sabor y la textura cambian un poco. Pero en el caso de que sobren o no se prefiera seguir comiendo, se pueden conservar por un máximo de tres días.
Otro error grave tiene que ver con el uso del aceite. No se debe utilizar aceite frío, de sabor muy intenso o haberlo usado para varias frituras anteriores. De ser así, las torrejas no tendrán su sabor y textura característico. El aceite debe estar muy caliente a la hora de freírlas. En caso de no contar con aceite se puede hacer la torreja con mantequilla en una sartén, dorando de ambos lados.