Para que las torrijas queden con una textura óptima y deliciosa, debe hacerse preferentemente con pan seco. De lo contrario, al hacerlas con uno blando, éste funcionará como una esponja que se reblandecerá aún más y correrá el riesgo de desarmarse, además de que cambiará totalmente el sabor.
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Utilizar un pan seco para realizar las torrijas es lo ideal, ya que absorberá mejor los líquidos sin riesgos de despedazarse y aguantará la manipulación antes de la fritura. En caso de que se nos antojen estas delicias características de España en Cuaresma y en Semana Santa, y no tengamos pan seco, sino por el contrario uno que esté blando, se pueden seguir una serie de recomendaciones para obtener un secado rápido.
Para acelerar el secado de un pan se debe calentar el horno entre 135°- 140°C, mientras se rebana el alimento con el grosor a gusto personal. Luego se deben poner en una parrilla refractaria y hornear durante 10 o 15 minutos. La idea no es que se tuesten, solo que se sequen.
Otra opción de secado que seguro no conocías es la nevera. En caso de no poder usar el horno y disponer de más tiempo, puedes dejar las rebanadas en la parte más fría. El efecto que causa en el pan es potenciar la recristalización de los almidones, quitándole la humedad.
Otro artefacto que puede resultar muy útil para acelerar el secado del pan que se convertirá en torrijas es la freidora de aire. Dependiendo de la potencia del aparato, se pueden dejar las rebanadas durante 4 o 5 minutos a una temperatura entre los 75-80°C. Por su parte, la tostadora también será útil pero requiere de una total supervisión constante y adecuado nivel de calor para que no se tueste y solo se reseque el pan.