Las dos fotografías de niños con síntomas de escombroidosis tras haber comido una lata de atún en mal estado, fueron compartidas por miles de usuarios de Twitter y llamó la atención de muchas personas que desconocían que un descuido tan simple podría causar una complicación de este tipo.
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El caso lo difundió a través de su cuenta de Twitter el doctor Antonio Guerrero, especializado en enfermedades infecciosas, quien atendió a una madre y sus dos niños que habían ingerido atún de una lata que llevaba varios días abierta en la nevera y que utilizaron para preparar unos bocadillos. La consecuencia fue que todos presentaron una intoxicación por escombroidosis.
Se trata de intoxicación alimentaria que se produce por la mala conservación del pescado azul (familia Scombroidae y Scomberesocidae como atún, caballa, bonito y otros tipos como anchoa, pez limón, pez espada, sardinas, etc.) y también con el queso suizo. La mala refrigeración del pescado (temperatura superior a 4 °C) produce un sobrecrecimiento de bacterias (la más frecuente Escherichia coli) que favorece la conversión de histidina presente en los tejidos del pescado a histamina mediante la acción de la enzima bacteriana histidina decarboxilasa.
El tuit del doctor Guerrero informa lo siguiente: "Dos mellizos de 9 años y la madre, una hora antes bocadillo de atún de lata, abierta varios días antes, en nevera: exantema macular eritematoso y pruriginoso en el cuerpo, con hiperemia conjuntival bilateral", que acompaña con fotografías de los síntomas.
El cuadro que presentan los niños y la madre, sigue contando Guerrero, coincide con el de la escombroidosis, la intoxicación por pescado más frecuente del mundo que suele deberse a la mala conservación del pescado azul (atún, caballa, bonito y otros tipos como anchoa, pez limón, pez espada, sardinas, etc.) y también del "queso suizo", señala el doctor.
Recomendación: para conservar una atún en lata hay que verter el contenido sobrante de la conserva en un recipiente que pueda cerrarse herméticamente y desechar la lata en la que venía almacenado. Otra opción es envolver la conserva en papel film, aunque no es tan recomendable, porque puede quedar mal cerrada. Los expertos aconsejan que los alimentos más perecederos se guarden en el estante más bajo de la nevera, donde la temperatura es más baja.