El desperdiciar comida no solo daña el medio ambiente sino, habla de una irresponsabilidad por parte de las instituciones o ciudadanos con el prójimo. Se entiende por desperdicio alimentario aquel conjunto de alimentos descartados de la cadena que siguen siendo perfectamente comestibles y adecuados para el consumo humano.
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En Europa las cifras son alarmantes. Según datos del ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España, un tercio de los alimentos producidos se pierde o se desperdicia en el mundo para el consumo humano, unos 1.700 millones de toneladas al año. La cantidad de alimentos que se pierde o desperdicia cada año equivale a más de la mitad de la cosecha mundial de cereales (2.300 millones de toneladas en la campaña 2009/2010).
Por eso, estamos todos obligados a contribuir a acabar con el desperdicio alimentario. Cuando hablamos de todos, deben ser productores, distribuidores, restauradores, educadores y consumidores.
En los hogares, se produce el mayor porcentaje del desperdicio de alimentos. Cada alimento que acaba en la basura es dinero que se tira a la basura y es un gesto que daña al medio ambiente y deja son alimentos a personas que realmente no tienen que comer en todo el día.
Es hora de actuar. Para llevar a cabo nuestro propósito, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ofrecen algunos consejos claves :
- Planificar el menú semanal y llevar la lista de la compra a la tienda.
- Acudir a la tienda con mayor frecuencia y disminuir el volumen de compra.
- Servir en casa porciones más pequeñas o compartir platos más grandes en los restaurantes.
- En la tienda, no descartar productos en buenas condiciones por ser más “imperfectos” (color, calibre, tamaño, envase defectuoso…).
- Apostar por los productos de proximidad y de temporada y por los canales cortos de comercialización, como la compra directa al productor.
- Ajustar las raciones a la hora de cocinar y servir.
- Aprovechar las sobras con recetas de cocina imaginativas.