Los buñuelos son un clásico de la cuaresma y una gran manera de ir despidiendo el frío del invierno. Es una linda tradición española quedar en los días fríos con la familia y preparar unos buenos buñuelos para combinarlos con chocolate o mermelada. En definitiva, los buñuelos no pueden faltar.
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En sí el buñuelo no es el alimento más saludable, pero lo que le falta de saludable le sobra de delicioso. Es básicamente una masa de harina frita con la forma de un círculo. Lo que podemos ir variando es los ingredientes con los que mezclamos esa masa, ya sea con agua, leche, levadura o huevo. De ahí es que el sabor de nuestro buñuelo se verá modificado junto con su mayor o menor calidad para nuestra salud. Eso también se verá reflejado en el relleno que escojamos, ya sea dulce o salado es importante para su sabor final.
Tres formas tradicionales para preparar estas recetas son: Buñuelo de viento: Agua (250 c.c.), harina (150 gr), mantequilla (100 gr), huevos (3), azúcar (2 cucharadas), canela molida, aceite y sal.
Una manera más salada es el buñuelo de Bacalao: En este caso es la misma preparación que los tradicionales buñuelos de viento solo que debemos agregar trozos de bacalao, cebolla y perejil. El sabor por supuesto que se modificará radicalmente ya que pasaremos de un sabor muy dulce a uno muy salado. Ambos deliciosos por cierto.
Finalmente podemos realizar buñuelos de naranja con harina, mantequilla, azúcar, aceite, una naranja, miel y manzanilla (una taza de infusión). El sabor de estos buñuelos se asemeja mucho a los buñuelos de viento pero por supuesto con un toque cítrico de naranja que lo hace más fuerte. Sea cual sea la variedad de buñuelos no podemos dejar de comerlos en esta época del año junto con la familia.