En general, cuando compramos los huevos en el supermercado, nos encontramos con que nunca están refrigerados. Si embargo, en nuestras casas, solemos tener la costumbre de refrigerarlos, aunque no sepamos bien por qué. ¿Alguna vez te has preguntado si esto es correcto?
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Según los especialistas, los más importante es que los huevos no sufran cambios de temperatura muy grandes e incluso extremos. Esto explica el por qué, cuando vamos al supermercado, los encontramos afuera del refrigerador, ya que en el trayecto a casa seguro se calentarán y luego los volveremos a enfriar y así su cadena de frío sufrirá demasiados vaivenes.
Lo ideal es guardar los huevos en un lugar fresco y seco y el frigorífico es el sitio más indicado para ello, sobre todo en verano ya que las altas temperaturas impactan directamente en su conservación, por lo que es ideal mantenerlos en el refrigerador durante todo el año.
De igual manera, ante la duda, lo mejor es que estén en la nevera, ya que la pequeña capa que protege en su interior, podría romperse por los cambio de temperatura. Es ahí cuando se rompe “la cutícula” donde se alojan muchas bacterias y la temida salmonela.
Otra cosa muy importante a tener en cuenta es que nunca debes lavarlos, aunque la cáscara esté sucia, por dentro el huevo está perfecto. Y no temas guardarlo así en la nevera y no sacarlo hasta que vayas a usarlo. En cuanto al tiempo de conservación de los huevos en la nevera, como es lógico, durarán más que si se dejan fuera, como cualquier alimento, que para eso existe el frigorífico. Y la otra, el frío hace que la clara quede más densa y la yema más concentrada, lo cual es bueno para las preparaciones.
Así las cosas, aunque en el supermercado los veas fuera de los frigoríficos, lo ideal es que en casa los mantengas adentro de la nevera y fundamentalmente, que no los saques y los metas, para que no sufran cambios bruscos de temperatura y puedan hecharse a perder.