La hernia de hiato aunque no lo creamos afecta a gran parte de la sociedad y en algunos casos ni siquiera llegamos a saber que padecemos este problema, tal es así que las estadísticas dicen que el 20% de la población lo sufre. Básicamente es una afección en el estómago que nos produce un dolor en la zona y su mayor síntoma puede ser reflujo, acidez o ardor en el estómago.
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La manera tradicional de tratar dicha afección es mediante fármacos o medicamentos especializados en la problemática, pero la dieta y todo lo que consumamos será parte trascendental si queremos sanar nuestra hernia de hiato y dejarla atrás para siempre. A partir de que nos diagnostican la hernia inmediatamente ya no podemos consumir lo que queramos ya que algunos alimentos obligadamente saldrán de nuestra dieta para que no nos hagan daño.
Todo lo que sean grasas saturadas pasan a estar completamente prohibidos ya que podrían inflamar en el organismo y agravar la situación provocando un aumento de peso. Por ello hay que evitar los lácteos ricos en grasas y alimentos procesados, especialmente los embutidos.
Por otro lado, dejar afuera todo alimento ácido que pudiera provocar una irritación mayor en nuestra hernia de hiato. Un claro ejemplo son las bebidas con cafeína, los zumos de naranja o la salsa de tomate. Todos ellos podrían dañar el esófago agravando la situación. Sin duda también dejaremos de lado los alimentos picantes como la famosa comida mexicana, nachos y tacos picantes que sin duda irritaran gravemente el esófago generando reflujo y ardor.
Finalmente pero no menos importante es dejar de consumir alimentos con poca fibra, con la fibra mejoramos la digestión y tendremos una mejor salud a nivel estomacal y cardiovascular. Los alimentos bajos en fibra son el pan blanco, la pasta o el arroz. Un excelente reemplazo de ellos sería el pan integral y las legumbres. Si a caso te diagnosticaron hernia de hiato ya sabes cómo ajustar tu dieta.