La hipertensión arterial es una enfermedad crónica que se caracteriza por un incremento continuo de las cifras de la presión sanguínea por encima de los límites sobre los cuales se aumenta el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares. Teniendo en cuenta que es una de las patologías más comunes entre todos los habitantes del mundo, en el siguiente artículo encontrarás una serie de recomendaciones para tener en cuenta a la hora de evitar la hipertensión.
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En muchos países del mundo, la hipertensión es la enfermedad más común entre los habitantes y la principal causa de consulta a los servicios médicos de atención. La principal característica de la hipertensión es que es una enfermedad asintomática, es por eso que se la denomina como la “asesina silenciosa” ya que no causa síntomas pero a su vez es fácil de detectar. Por otro lado, la hipertensión crónica es el factor de riesgo modificable más importante en el desarrollo de enfermedades del corazón.
Pese a ser una patología asintomática, la persona puede percatarse que tiene presión elevada cuando sufre calor excesivo, sensación de mareo, dolor agudo de cabeza y enrojecimiento de distintas partes de la piel. La hipertensión tiende más a desarrollarse en hombres que en mujeres pero esto cambia cuando la mujer ingresa en la etapa de la menopausia. Una de las consecuencias que trae la hipertensión es que aumenta el flujo sanguíneo.
Si bien no es posible eliminarla enfermedad por completo, la hipertensión se puede tratar o prevenir realizando diversas acciones saludables que ayuden a mantener estable la salud. Entre ellas se destaca la realización de actividad física donde lo recomendable es hacerlo entre 30 a 60 días, mantener un peso estable, evitar el tabaco y controlar la glucemia si la persona tiene diabetes.
Por otro lado, los médicos recomiendan realizar una dieta saludable que sea rica en nutrientes que será aptos para las arterias como el potasio, antioxidantes o fibras. Además, aconsejan poner en práctica la dieta DASH que fue creada con el fin de mantener la presión arterial controlada. Esta dieta incluye como alimentos a las frutas que tienen un alto contenido de fibras y nutrientes, los vegetales que cumplen la función de proteger las arterias y la proteína magra. Se evita, por otro lado, evitar consumir grasas saturadas, alcohol, sal o sodio y azúcar.