Lo hacemos de manera casi automática. Sin casi poder abrir los ojos por la mañana, muertos de sueño, solo pensamos en preparar el café que nos permita afrontar el día. Y así, con al inercia, los posos de café en la tradicional cafetera italiana acaban en la basura. Sin pensarlo. A partir ahora meditarás esta decisión cotidiana: te contamos los trucos para una segunda vida al poso del café.
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Alejan los insectos de nuestro hogar. Si tenemos jardín o una zona de plantas en nuestra terraza o balcón podemos colocar los posos de café ya que su intenso aroma ahuyenta a los insectos. Continuamos en el jardín, ya que estos restos de café son un extraordinario fertilizante para las plantas. Antes de mezclarlos en la tierra debemos dejar secar los posos de café y añadir una vez al mes un poco de este residuo a tus plantas.
Los posos de café se pueden convertir en excelentes productos de limpieza, este es el tercer truco que puedes utilizar. Al ser un producto abrasivo es capaz de eliminar los restos adheridos a las sartenes o la bandeja del horno. Debemos frontar bien estos restos con un estropajo de cocina y desaparecerá toda esa zona negra que se forma con el contacto del fuego o la vitrocerámica.
Belleza. Los posos de café también funcionan como un elemento más en tratamientos de belleza, uno de los trucos más utilizados. Sirve como exfoliaste de la piel, ya que tiene numerosas propiedades para mejorar la textura de nuestro rostro o cuerpo. Tan solo tenemos que humedecernos las manos y con algo de los restos de café aplicarlo con movimientos circulares sobre nuestra piel. Si queremos una aplicación más sencilla podemos mezclarlo con el gel de ducha.
Por otro lado, los posos de café suprimen los malos olores de nuestras manos tras utilizar algún producto de limpieza o picar verduras como la cebolla. Este es el truco número cinco de esta lista pero te avanzamos uno mas: los restos de café pueden reparar arañazos de los muebles.