Más de 2.000 variedades de quesos hace que los amantes de este exquisito producto lácteo fantaseen con consumir los productos más extraños. Con sabor más intenso, con más olor o con diferentes texturas, son un verdadero placer. Vamos a conocer los más raros.
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¿Y un amante de los quesos tiene un nombre en particular? Sí, a los adoradores de los quesos se los llama “turófilos”, que es una palabra que viene del griego tyros (queso) y philos (afinidad-amante). La ola de fanáticos queseros está desparramada por todo el mundo, pero es Grecia el país que más consume quesos, en promedio, por habitante: 37 kilos por año.
A nivel global, el mayor productor de quesos está afuera de Europa. Es en Estados Unidos donde se fabrica la mayor cantidad, unas 4.300 toneladas al año, que es un 30% de la producción mundial. Luego, le siguen Alemania, con 1.900 toneladas. En el caso de España, son 200 las toneladas que produce al año.
Pero veamos cuáles son las variedades más extrañas. Distinguimos tres tipos de quesos, que por su modo de producción, su oloroso gusto o sus costosos ingredientes, valen la pena conocerlos. ¿Te atreverías a probarlos? en este artículo los abordamos uno a uno.
Pule (Serbia)
Este particular queso tiene dos importantes características. Primero, se hace con leche de burra, lo que explicaría por qué es el más caro del mundo, ya que su precio es de 1.000 euros el kilo.
Epoisses (Francia)
Queso francés oloroso, es caso una marca registrada. Pero este es el más oloroso que existe. Su sabor realmente es intenso, incluso picante. Se elabora con leche cruda de vaca, se lava con agua salada y tiene un mes de guarda en un lugar con humedad. Luego, se vuelve a lavar por un tiempo, pero se hace con agua de lluvia y aguardiente.
Casu marzu (Italia)
Este queso es tan particular que es posible que solo valeintes paladares se atrevan a probarlo. Se elabora en Cerdeña y su característica es que es un queso de oveja al que se meten larvas, que luego van a ir absorbiendo la grasa gracias con su acción digestiva. Tras alcanzar una textura suntuosa, se come. ¡con las larvas vivas!