Conservar los alimentos no es algo que sea fácil de llevar a cabo a diario. Y más cuando, según la época del año y la zona en la que se viva, hay unas temperaturas u otras, lo que hace que sea más complicado llevar un buen control de la forma de almacenar los alimentos.
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La nevera se convierte en la gran despensa cuando se necesita conservar cosas en frío para que aguanten más y no se estropeen. Como en el caso de los limones. A veces, este alimento se deja en la nevera, no para conservarlo, sino para que su aroma elimine los malos olores que puedan aparecer en la nevera. Pero a la hora de conservarlos también tienen sus trucos.
Limones en la nevera, pero vigilados
Este cítrico es un alimento muy particular puesto que, al tener una piel porosa, si se deja a temperatura ambiente puede estropearse y pudrirse más rápido de lo que se cree. Es por eso que conviene saber cómo conservarlo, y conocer un truco infalible para poder conservarlos más tiempo mejor.
Si los limones se van a consumir de inmediato, los primeros días desde que llegan a casa, no hay problema por dejarlos en algún cuenco o en la despensa. El problema viene cuando no se sabe la fecha exacta en la que se van a consumir o si se pretende dejarlos mucho tiempo fuera de la nevera. Lo mejor es recurrir a este electrodoméstico para su conservación, aunque tiene ciertos inconvenientes que merece la pena tener en cuenta.
Cómo conservar los limones en la nevera
Nada más comprar los limones, lo ideal es envolverlos en papel film de plástico o en bolsitas individuales. Una vez plastificado cada limón de forma individual, lo mejor es juntarlos todos en un recipiente, un tupper por ejemplo. Una vez colocados en el tupper, se pueden meter en la nevera sin problemas. De esta forma se evita que los limones entren en contacto con el aire o que cojan excesiva humedad, circunstancias que hacen que se pudran más rápido. Y, además, los limones durarán mucho más tiempo intactos.