Hay cosas tan comunes en la cocina que ya ni siquiera les prestamos atención, por ejemplo, lavar los trastes con cloro y jabón, descongelar los alimentos a temperatura ambiente o lavar los tápers con hongos tal y como lavamos los demás trastes sucios. Sin embargo, ya os hemos demostrado que estas prácticas que parecen “inocentes” pueden traer complicaciones de salud para vuestras familias, desde simples infecciones estomacales hasta verdaderas intoxicaciones por alimentos estropeados. Es por eso que hoy queremos daros otros ejemplos de malas prácticas en la cocina, para que inmediatamente dejéis de recurrir a ellas y cuidéis correctamente de vuestros seres queridos.
Prácticas habituales en la cocina que puede perjudicar la salud
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Guardar huevos en la puerta de la nevera
El huevo es uno de los alimentos más susceptibles de presentar microorganismos patógenos como la salmonela, la bacteria que más brotes causa en España. El tecnólogo de alimentos, Mario Sánchez, explica que pese a que la parte comestible está protegida por la cáscara, esta es muy sensible a los cambios de temperatura. Por ello, no es aconsejable colocar los huevos en la puerta de la nevera, que se abre y cierra continuamente y los expone a temperaturas distintas. Lo mejor es conservarlos en los estantes intermedios o superiores. Por la porosidad de las cáscaras de huevo, está desaconsejado lavarlos con agua porque pueden absorber la suciedad del exterior. Si presentan mucha suciedad, los expertos recomiendan retirarla con un cepillo o unas gotitas de agua justo antes de cocinarlos.
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Dejar comida cocinada a temperatura ambiente
Es normal dejar los platos que ya hemos preparado fuera de la nevera, esto puede ser porque no tenemos espacio o simplemente porque lo olvidamos. Lo peor es cuando la dejamos en la encimera expuesta a los rayos del sol o dentro del horno. La tecnóloga de alimentos y dietista-nutricionista Beatriz Robles, señala que esto facilita que los microorganismos proliferen, “un crecimiento que solo se detiene a temperaturas superiores a 65° C o inferiores a 4° C”. Tampoco es conveniente guardar la comida todavía caliente en el refrigerador, ya que podría echar a perder el resto de alimentos almacenados. En cuanto a las sobras, estas no deben estar en el exterior más de dos horas.
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Puede que queráis defenderos diciendo “a mí nunca me ha pasado nada”, pero como dicen por ahí, es mejor prevenir que lamentar y ¡Venga, que no lo digo yo! Esto viene de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Los riesgos alimentarios son tan altos que tuvieron que crear una fecha llamada el Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos, su propósito es sensibilizar sobre la importancia de la prevención, detección y gestión de riesgos a través de la inocuidad alimentaria. Varios expertos en seguridad alimentaria explican que estas prácticas en la cocina pueden afectar por año a una media de 600 millones de personas en todo el mundo.