Son muchos los factores que pueden alterar nuestra piel. La mala alimentación, el clima y la contaminación y el tabaco son algunos de los factores que atentan directamente contra la salud de la piel. Es por eso que, a continuación, te dejamos algunos tips para que tomes en cuenta, sobre los cuidados que necesita la piel de tu rostro ante las distintas situaciones que presenta el día. A continuación, te dejamos los hábitos que comúnmente hacemos día a día y que debes evitar.
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Entre los errores más comunes podemos destacar el de no hidratar tu rostro. No mantener tu piel humectada es de los más grandes errores que puedes hacer. La falta de hidratación tiende a causar resequedad, descamación y que tu piel tenga una sensación áspera.
Ahora bien, para evitar este problema hay dos cosas claves que te recomendamos hacer: tomar mucha agua y utilizar una crema hidratante. En este último punto debes saber que no es necesario que compres las cremas más caras o que tengas un stock enorme de variedad de cremas. Fíjate bien cuál es la adecuada para tu piel, pero sobre todo toma mucha agua.
Utiliza protector solar de manera diaria. Sí, no es una exageración. La mínima exposición a los rayos UV pueden causar manchas y envejecimiento en nuestro rostro. No solamente en la cara, sino también en el cuello que es donde más se nota el envejecimiento. Existe una lista grande de protectores incluso hay algunos que tienen color y una muy buena cobertura.
Otra regla básica es desmaquillarse antes de dormir. Quizá algunas veces nos esté matando el sueño o regresamos del antro o alguna fiesta cansadísimas y decimos: “ya, así me duermo”, pero hacer eso es un error grandísimo. Aunque lo hagamos solo en algunas ocasiones, esto puede afectar tu piel y dejarte los poros abiertos, granitos y hasta arrugas.
Y el cuarto y último, tiene que ver con fumar cigarro. Aunque seamos fumadores ‘sociales’ y no lo hagamos todos los días, igualmente le haces un gran daño a piel y a tus pulmones. Fumar, ocasiona que se acelere el proceso de envejecimiento y se generan arrugas y otros cambios en nuestra cara como por ejemplo las líneas marcadas entre las cejas, arrugas alrededor de la boca, un tono gris en tu piel, etc.