No hay dudas que el aceite de oliva es un alimento saludable y versátil. Es comúnmente usado para cocinar y para preparar exquisitos aderezos. Es común que algunas personas almacenen el aceite cerca de la estufa o calefones de baño. De igual manera, no es para nada recomendable esa práctica.
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Según manifiestan los expertos, el aceite de oliva virgen extra, fresca y de alta calidad está repleto de polifenoles. Tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Para mantener las cualidades del aceite y aprovechar sus beneficios, es importante el almacenamiento y uso adecuado del aceite. Es decir, alejarlo de las estufas y todo calor posible.
Según declaraciones de la Asociación Norteamericana de Aceite de Oliva, señala que los tres enemigos clave del aceite de oliva son el calor, la luz y el aire. Estos enemigos conducen a la oxidación del aceite y la oxidación a la rancidez. Se debe evitar que el aceite esté expuesto al calor o a los cambios bruscos de temperatura. Si se deja el aceita al lado o encima de la estufa, el aceite se verá afectado por el calor.
¿Cómo mantener el aceite de oliva?
Para mantener la calidad del aceite de oliva, este debe almacenarse en un lugar fresco y oscuro, como una alacena o una despensa es decir, lejos de estufas y cualquier artefacto que emane calor. Otro gran punto, es que debe estar cerrado adecuadamente y encontrarse a temperatura ambiente. No te preocupes si por el exceso de frío el aceite se espesa o se solidifica, cuando se coloca a temperatura ambiente, vuelve a su estado normal.
“La luz directa afecta considerablemente, por eso, muchos de los aceites se envasan en botellas de cristal oscuro o material opaco. Esto ayuda a evitar su oxidación para que no pierda propiedades nutricionales”, comparte Aceites de Oliva de España. En definitiva, debes alejar esa estufa de tus comidas.