Cuando el invierno va llegando a su fin tenemos el agrado de comenzar a ver las primeras variedades de fresas en diferentes sitios. La fresa es, sin lugar a dudas, una de las frutas que más nos gustan y es típico poder disfrutarlas de mil maneras, ya sean solas, en pastelería, o en bebidas. Pero como seguro te ha pasado de comprar unas deliciosas fresas, llevarlas a casa, colocarlas en la nevera y que al día siguiente la mayoría estén podridas, te invitamos a leer esta nota para saber cómo evitar este gran problema.
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Lo primero que necesitas saber es que, consumir fresas trae muchos beneficios para nuestra salud ya que contiene grandes cantidades de vitamina C y minerales. En nuestro organismo ayuda como antioxidante, fortalece el sistema inmunológico, reduce el colesterol y también disminuye el riesgo de sufrir hipertensión, entre otras enfermedades.
Pero las fresas a diferencia de algunas otras frutas son muy delicadas, por eso ten en cuenta que al momento de elegirlas no estén amontonadas, dañadas o verdes. Una vez en tu casa te recomendamos que las revises una por una, separando las que estén más maduras para consumirlas lo antes posible. Deja de lado las menos maduras, cambia el recipiente y ponlas en la nevera, éstas soportan más tiempo.
Sobre todas las cosas, queremos destacar que es importante no quitar el rabito verde ya que provocará el fácil ingreso de microorganismos. Una particularidad es que para conservar fresas se necesita aire, por lo que es conveniente no guardarlas en recipientes herméticos y optar por algunos con otros con los que puedan respirar. Al momento de refrigerar, evita que estén cerca de otros alimentos y puedan contaminarse con sus olores.
Existe otra técnica muy utilizada que también ayudará a conservar por más tiempo las fresas y no se pudran con facilidad. Esta consiste en pasarlas por un baño de vinagre y secarlas perfectamente para evitar que queden con humedad a la hora de refrigerarlas. Comienza a utilizar estas técnicas y verás que podrás comerlas por mucho más tiempo, sin necesidad de tener que deshacerse de ellas y volver a comprarlas.