Ya sea en su versión caliente como fría, el café es una de las bebidas más consumidas en el mundo. En formato espresso, descafeinado, cappuccino y otras más, este alimento es uno de los más elegidos para pasar las bajas temperaturas y entrar en calor, pero además puede beberse frío, mediante otro proceso de elaboración.
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Los beneficios del café son varios y si se ingiere frío se potencian. Este alimento contiene antioxidantes que favorecen la salud cardiovascular y se traduce en una ingesta menor de calorías. Una de las razones por las que deberías incorporarlo a tu dieta es que es más saludable, ya que es menos ácido y por lo tanto beneficia a la salud digestiva y no perjudica tanto el esmalte dental.
Además de tener una acidez más baja, que ayuda a conseguir un óptimo proceso de digestión, otra de las razones para beber café frío radica en que es una fuente de hidratación para el cuerpo en estos meses de calor. A las propiedades beneficiosas de la bebida, se suma el poder refrescante y saciante contra la sed. Por eso es un excelente alimento para tener en cuenta en tu dieta de verano.
Beber el café frío potencia el aroma de otros ingredientes que quieras sumar a la preparación. Puedes elaborarlo con canela, vainilla o chocolate negro (sin azúcar) y la combinación será refrescante y explosiva en sabor. Por lo tanto, ahí tienes otra razón para incorporar esta bebida en tu día a día, especialmente en las meriendas de esta época de temperaturas elevadas.
Si haces actividad física o practicas rutinas intensas de ejercicios, también puedes consumir el café de esta manera unas horas antes. Esta bebida también es energizante natural, al igual que su versión caliente, y además te hidratará para llegar mejor al entrenamiento. Estudios de la Sociedad Fisiológica Americana y la Universidad de Illinois, han arrojado datos que confirman que consumir este alimento frío favorece la quema de grasas y reduce los procesos inflamatorios.