El hígado es uno de los órganos más sensibles a los cambios de hábitos alimenticios. Este órgano se encuentra ubicado en la parte derecha y superior del abdomen, y tiene como función convertir los alimentos en energía, producir bilis y purificar la sangre. Se “limpia” eliminando las toxinas al intestino.
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Es un órgano en el que los hábitos y estilo de vida repercuten directamente. El hígado puede verse perjudicado de forma irreversible con el consumo excesivo de medicamentos, alcohol, otras sustancias tóxicas y la ausencia de actividad física de la persona. La ingesta elevada de grasas provenientes de alimentos ultraprocesados también tiene su efecto perjudicial.
Hepatitis, hígado graso, cáncer o cirrosis, son algunas de las enfermedades que pueden ocasionar una acumulación de factores nocivos para este órgano. Este se puede sobrecargar en exigencia y terminar desencadenando procesos inflamatorios u obstructivos en los canales por donde cirucla la bilis, tan necesaria para digerir las grasas.
Para limpiar el hígado existe un superalimento ideal: los espárragos. Estos contienen muchas vitaminas y minerales esenciales para el óptimo funcionamiento del cuerpo y también son diuréticos, ya que promueven la óptima eliminación de los líquidos del cuerpo, a través de la acción de sus nutrientes en los riñones (entre ellos la asparagina). A nivel hepático, estos vegetales tienen una función desintoxicante (gracias al glutatión). Por eso, si se siguen hábitos saludables y se incorpora este alimento, los efectos pueden verse a corto plazo.
Los espárragos poseen un contenido significativo de antioxidantes, por eso también ayudan a reducir el efecto del envejecimiento de la piel. Ester superalimento es ideal para incorporar en dietas con objetivos de pérdida de peso, porque genera una sensación de saciedad mayor, representa muy pocas calorías y un alto porcentaje de fibra, ideal para eliminar toxinas y las heces de forma más fácil.